Odiada por el Alfa
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Los diecisiete años de Audrey en la manada Sangre Gris fueron como los de un animal enjaulado. Vivía cada día temiendo lo próximo inesperado por lo que el Alfa podría castigarla.
Audrey se esforzaba por entender el misterioso sueño que había estado teniendo, pero nada tenía sentido para ella, estaba perdida. Deseaba ser liberada de la manada Sangre Gris, pero perdió toda esperanza de sobrevivir cuando se encontró encerrada y encadenada en el frío y oscuro calabozo. Lo odiaba, lo maldecía mientras su sangre se drenaba. Estaba feliz de morir y alejarse de ese monstruo-alfa. Audrey despertó en un mundo mágico donde aprendió todo sobre sí misma, se cultivó para convertirse en la loba y bruja más fuerte que existía. Sin embargo, un objeto la llevó de vuelta al último lugar donde quería estar.
El Alfa Aloha Lake gobernaba la manada Sangre Gris, la más grande y fuerte de los Estados Unidos. Era conocido por ser brutal, incluso la mafia le temía. Nada ni nadie le molestaba, excepto una; la maldita perra Audrey. La odiaba, y la haría pagar por los pecados de su madre. Pero no podía matarla... aún.
El Alfa Lake miraba sin emoción el cuerpo sangrante de Audrey que yacía en el frío suelo del calabozo, ordenó a su beta que se deshiciera de ella sin pensarlo dos veces.
Un año después, los enemigos se encontraron de nuevo. ¿Será el odio la única emoción que compartan? ¿Podrán resistir la atracción fatal que sienten el uno por el otro?
Audrey se esforzaba por entender el misterioso sueño que había estado teniendo, pero nada tenía sentido para ella, estaba perdida. Deseaba ser liberada de la manada Sangre Gris, pero perdió toda esperanza de sobrevivir cuando se encontró encerrada y encadenada en el frío y oscuro calabozo. Lo odiaba, lo maldecía mientras su sangre se drenaba. Estaba feliz de morir y alejarse de ese monstruo-alfa. Audrey despertó en un mundo mágico donde aprendió todo sobre sí misma, se cultivó para convertirse en la loba y bruja más fuerte que existía. Sin embargo, un objeto la llevó de vuelta al último lugar donde quería estar.
El Alfa Aloha Lake gobernaba la manada Sangre Gris, la más grande y fuerte de los Estados Unidos. Era conocido por ser brutal, incluso la mafia le temía. Nada ni nadie le molestaba, excepto una; la maldita perra Audrey. La odiaba, y la haría pagar por los pecados de su madre. Pero no podía matarla... aún.
El Alfa Lake miraba sin emoción el cuerpo sangrante de Audrey que yacía en el frío suelo del calabozo, ordenó a su beta que se deshiciera de ella sin pensarlo dos veces.
Un año después, los enemigos se encontraron de nuevo. ¿Será el odio la única emoción que compartan? ¿Podrán resistir la atracción fatal que sienten el uno por el otro?

