Capítulo 1: Prefácio
—Lo logramos. —Andy miró a sus dos mejores amigos. —¡Estamos graduados, chicos! —Su euforia fue compartida.
—¡Finalmente, salimos de este infierno! —Chilló Brenda demasiado emocionada. —¿Quién diría que unos huérfanos como nosotros lograríamos tanto? —Uriel rodó los ojos.
—¡Somos perfectos! —Las miró a ambas con un gesto pícaro. —Y como no tenemos familia que nos celebren, debemos ir a un antro que abrió nuevo en la ciudad y no. —Señaló directamente a Andy. —No se aceptan negativas.
—Cuchi... sabes que no me gustan esas cosas. —Se quejó Andy, verdaderamente no le gustan las fiestas, quizás por eso jamás haya tenido un novio.
—¿Por qué no te relajas por una vez en tu vida? —Brenda intervino sabedora de que su amiga se pondría difícil. —¡Nos graduamos de la universidad, por Dios! —Le tomó el rostro entre sus manos y la miró a los ojos como si se tratara de una situación de vida o muerte. —Y además, tenemos un trabajo al que ingresaremos el lunes, ¿Por qué no sacas esa alma vieja de tu cuerpo de veintitrés años y finalmente disfrutas algo? —Andy dejó salir el aire por la boca.
—Considero que deberías buscar un novio. —Uriel se encogió de hombros. —Nadie puede ser tan aburrido en la vida.
—Oh, vamos. —Andy lo miró con reproche. —El no gustarme salir y beber no significa que soy aburrida, ¡Son injustos! —Los tres rieron. —Vale, iremos a celebrar, pero no voy a ingerir alcohol. —Sus advertencias no fueron escuchadas, había solo un propósito, divertirse a lo grande.
Los tres amigos estaban tan sumidos en su euforia que pasaron la calle como si fueran inmortales, ni siquiera fueron consientes del frenazo.
—Estúpidos humanos. —Gruñó el hombre de ojos azules y mirada fría. —No puede ser. —Como si sus entrañas quemaran, aceleró el auto para alejarse lo más posible.
Todas las miradas recayeron en el recién llegado, su gesto serio, casi furioso, los tensó. El menor de los hermanos Wildroot, subió el elevador sin mirar a nadie.
Los Wildroot son una importante familia de la que todos sabían poco o nada. Eran dueños de casi todo Washington y ocultan un secreto del que nadie sabe nada.
—Llegaste. —Scar, el mayor de los hermanos, lo miró.
—¡Es una estupidez! —Vociferó Jhon. —¡No pueden obligarme a estar con una humana solo para darme el puesto que me corresponde! —Scar, acostumbrado al fuerte temperamento de su hermano, apoyó el culo en su escritorio.
—¿No sientes la agonía de tu lobo? —Preguntó paciente. —No siempre los lobos tienen como destino a otro lobo. Los humanos también forman parte de nosotros, Jhon...
—¡Son una raza asquerosa y destructora! —No le interesó nada de lo que su hermano dice. —Se supone que soy el mejor guerrero y...
—Estamos en el mundo humano, que seas un buen guerrero, aquí no sirve de nada. —Le habló con más firmeza. —Nuestros padres confían en ti, toma a quien la Diosa te ha elegido como pareja.
—¡No haré tal cosa! —Se volvió a negar con rotundidad. —Jamás amaré a una débil humana.
—Tú no, pero tu lobo desde luego lo hará. —Resoplando se acercó a su hermano. —Jhon, no puedes evitar esto, solo mira cómo estás. Es el resultado de querer negar a tu destinada.
—Un hombre poderoso como yo necesita de una loba de alto rango, ¡Una guerrera como yo!
—¡Si tanto amas ser un guerrero, entonces vete a la manada y hazte cargo! —Gruñó ya con impaciencia. —Y no es una opción, mañana mismo te vas a la manada y tomarás el cargo de alfa. —Lo miró a los ojos. —Y por tu bien, rechaza a esa chica y evítale la pena de estar unida a un idiota como tú. —Furioso por ser tratado de esa manera, dio media vuelta para largarse de ahí.
—Eh, hermano...
—¡Quítate! —Keto fue empujado.
—¿Acaso él ya la encontró? —Miró a su hermano mayor atónito. —Su aroma es demasiado fuerte.
—Le dije que era inevitable, por más que se aleje de ella, siempre se atravesará en su camino. —Scar resopló. —Lo he desterrado del mundo humano. —Keto lo miró con impresión. —Nuestros padres querían a uno de nosotros como Alfa, así que ese será su responsabilidad desde ahora.
—Estoy feliz de que nos hayas salvado de eso, pero ¿Qué pasa con la chica? —Scar negó.
—Le he aconsejado que la rechace, solo espero que no muera por tonto. Está muy dispuesto a hacerlo. —Ambos hermanos suspiraron, no habían conocido a un hombre con tal temperamento.
Jhon se vio en un antro, un lugar repleto de esas criaturas que aborrece y sintió más ira. ¿Por qué no podía él controlar las cosas? Al mirar a la pelirroja, su lobo se inquietó un poco más.
{Mía} Exigió al cruzar mirada con su luna {Tómala, nos pertenece} Furia, como se llama el lobo de Jhon rasguñó para salir {La tocan, ¡Es nuestra!}
Andy, al sentir esa mirada pesada, volteó solo para encontrarse una mirada fría y despectiva. Ella miró a su alrededor y al volver a él fue ignorada. Eso la hizo sentir incómoda.
—¿Qué pasa? —Uriel se acercó a ella.
—Ese hombre me ha mirado horrible y no lo entiendo. —Ella que era demasiado débil para el alcohol, ya no dominaba nada de su cuerpo y mucho menos sus pensamientos.
—Es precioso. —Uriel se mordió el labio.
—Puede tener ese brillante pelo negro, esos ojos azules fríos e intenso, ese rostro tallado por los dioses, ese porte varonil que vuelve loca a cualquiera. —Ella sin saberlo inició a caminar. —Puede provocarme intensos infartos vaginales, pero nada le da derecho a mirarme de esa manera sin que le haya hecho algo. —Jhon se tensó al percibir su aroma.
Es dulce, intenso y lo enloquece, ¿Por qué se acerca a él? Se preguntó tontamente. No importa que ella sea humana, de igual manera se sentirá atraída por él.
—Me gusta mi soledad, puedes marcharte. —Escupió de malhumor, conteniendo la inquietud de su lobo.
—¿Por qué me tratas así? —Andy lo miró ofendida. —Escúchame bien, guapito, puedes ser dos metros de puro músculo, sensualidad y guapura, pero no te da derecho de tratarme así. ¡Ni siquiera te había notado! —Eso molesto de más a Jhon. —Te exijo una respuesta, ¿Por qué me miras como si me detestaras? —Él, realmente furioso por la osadía de la humana, la tomó de la mano.
—Hoy nuestra niña coronó. —Uriel chocó copa con Brenda.
—¡Quieta! —Le gruñó a la cara, ya cansado del forcejeo inútil por parte de la débil humana.
—No soy un juguetito al que puedas llevar por ahí sin más. —Ella lo miró valientemente, aunque lo que realmente siente es pánico. Él cruzó medio antro con ella y no pudo evitarlo, es como si su fuerza fuera nada a comparación de la de él.
—No hay alguien a quien odie más que a ti. —Antes de que Andy pudiera explotar como solo ella sabe, recibió un candente beso que debilitó más que sus rodillas.
—No vuelvas a hacer eso. —Lo abofeteó una vez la soltó.
—Lo deseas y lo sabes. —La cercanía de ese poderoso cuerpo al de ella ciertamente la sedujo al instante.
—No es cierto. —Susurró incapaz de aceptarlo. —Solo estoy ebria y... —No pudo decir más, cualquier cosa que hiciera o dijera es inútil.
Jhon deseó detenerse, él intentó resistirse a la conexión, pero le fue imposible. Es como si él viviera y respirara por ella, nada de lo que creía antes era relevante en ese momento.
Ella se convirtió en su todo cuando la vio por primera vez y ahora que la tiene entre sus brazos, poseyéndola, se ha vuelto su ancla a ese mundo.
Andy se entregó a ese hombre sin poderlo evitar, ella sintió un placer tan intenso que se dejó dominar por el deseo.
—No debí hacer esto. —Maldijo al verla débil entre sus brazos. —Fue una mala idea. —Gruñó furioso por su falta de voluntad.
Enfurecido por haber caído rendido a ella, cubrió su cuerpo lleno de moretones y tomándola en brazos, salió con ella de los aseos y después del antro.
—¿Qué le ha pasado? —Brenda estaba preocupada, él llegó a su piso sin decir nada.
—Ya lo dije, estábamos hablando en los aseos y ella se desmayó. —La miró con frialdad. —Deberían prohibirle el alcohol, es débil. —Dejando a los amigos con la palabra en la boca, se retiró.
No fue lo suficientemente valiente como para rechazarla, pero él es el hombre más poderoso de los lobos y podrá mantenerse alejado de ella, ahora más que se irá al mundo sobrenatural y pondrá distancia entre ellos.
































