El Hijo Inesperado Del Alfa

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Capítulo 4: Nadie Toca A Mi Luna

Asechada, así se sentía Andy desde que tuvo aquel percance con el loco al que le entregó su virginidad.

Lo siente allá donde ella vaya y odia esa sensación y más el que algo en ella desee verlo. ¿Por qué desear ver a un desquiciado? Ella tendría que enviarlo a un loquero y listo.

—Ok. —Brenda se cruzó de brazos. —Llevas tres días faltando al trabajo y de verdad no puedes seguir así.

—Cuchi, nos preocupas. —Uriel se sentó a su lado. —De verdad ya no quiero que estés preocupada, así que ve a vestirte, asiste al trabajo y demuestra cuanto nos amas. —Andy lo miró con la boca abierta. —¿Qué? ¡Nuestro jefe es un dictador y está muy enojado por qué faltas!

—Son perversos. —Andy rodó los ojos. —Solo quieren animarme para que nuestro jefe no les esté preguntando por mí.

—Y para no tener trabajo de más. —Aceptó Brenda con una sonrisa. —A ver, cariño. —La miró un poco más seria. —No puedes vivir así, sé que es difícil por el bebé, pero debemos resolver esto.

—Bren tiene razón. —Uriel apoyó a su amiga. —No te puedes dar el lujo de perder el trabajo, somos recién graduandos y no hay plazas de empleo. —Andy sabía que eso era verdad, pero simplemente se siente acosada todo el tiempo.

—¿Creen que deba interrumpir el embarazo? —Los miró con preocupación. —No me doy a la idea de traerlo al mundo y que el desquiciado de su padre le diga que es un tiburón con patas. —La carcajada de Brenda y Uriel no se hizo esperar. —Es en serio, el tipo tiene la realidad bien alterada el pobre.

—Quizás estaba borracho. —La tranquilizó Brenda. —Le di un sartenazo en la frente y ni se quejó, solo los ebrios tienen ese superpoder. —Andy no pudo evitar reír al recordar aquello. Su amiga lo golpeó a pesar de que solo deseaban ahuyentarlo.

—Pero también está Leo. —Andy no quería aceptar soluciones. —¿Ya olvidaron el horror en su mirada cuando le hablé de mi noche loca y su consecuencia?

—¡Pues que lo supere! —Exclamó Uriel poniéndose en pie. —Ya te dejó en paz, es lo que querías ¿No? ¡Ahora podrás trabajar mejor!

—¿Pueden dejar de darme soluciones? —Se quejó. —Yo solo quiero quejarme y complicarme más la vida.

—¿Más allá de estar embarazada y no tener idea de que hacer? ¿O más allá de una posible coparentalidad con un loquito sexy?

—¡Son insoportables los dos! —Gruñó poniéndose en pie. —Si ese loco se aparece nuevamente será culpa de ambos.

—No ha aparecido hasta ahora, deberías estar tranquila. —Brenda rodó los ojos.

Andy estaba tan nerviosa que no podía ni siquiera pensar en que ponerse. Esa sensación que siente en la boca del estómago la estaba matando. No sabe si es por el embarazo o por el encuentro que tuvo con el padre de su hijo.

Ese presentimiento de que algo pasará si sale de casa trató de mantenerlo a raya, pero le fue realmente imposible. ¿Acaso él aparecerá de nuevo? ¿Logró ahuyentarlo al demostrarle que no estaba sola? Ya no sabía qué pensar.

—Si no salimos ahora llegaremos tarde. —Uriel entró a la habitación. —Hey. —Se acercó al verla tan pensativa. —Bren y yo estaremos todo el tiempo a tu lado, hasta al baño de la oficina te acompañaremos si así lo deseas.

—Es un loco, no un fantasma. —Bromeó tomando su bolso. —Pero la verdad me deja más tranquila saberlo. —Tomándolo de la mano, salieron de la habitación y con ello del piso.

Leo miró a Andy por algunos segundos y después le quitó la mirada. Deseaba hablarle, pero la vergüenza de haber sido noqueado solo por un puñetazo lo fastidiaba.

Él, un hombre corpulento y alto fue noqueado sin más. ¿Qué pensaría Andy de él? Tras soltar un suspiro se paró de su puesto para marcharse, siempre que ella está cerca él se aleja.

—Tranquila. —Brenda la vio venir. —Dale tiempo, pronto vendrá a ti. Hablamos de Leonel. —Alzó los brazos. —No puede estar peleado con nadie

—Me odia, Brenda, de verdad lo hace. —Andy se sintió mal. —Yo solo quería que me viera como una amiga, ahora me ve hasta con asco.

—Exagerada. —Uriel se burló de ella. —Hazle caso a Bren, ten paciencia, ya vendrá. —Andy decidió ignorarlo, ya es bastante bueno que su jefe no esté presente.

Andy no era la única que estaba peleando con algo en su interior. Jhon estaba harto de sentirse tan extraño y furioso cada día.

Pero él, a cambio de su luna, tenía a tres personas respirándole en la nuca y no lo dejaban en paz.

—No se puede ser alfa sin luna. —La anciana lo miró. —Deberías traer a esa chica aquí y gobernar con ella.

—Abuela, es una humana y ya hice bastante por tratar de traerla aquí.

—¿Bastante? —La mujer lo miró divertida. —Tal parece que la humillación no le sienta bien a mi nieto. —Jhon gruñó. —Vamos cariño, no me gruñas a mí, ve y grúñele a tu pareja, sedúcela, demuéstrale que eres todo un don Juan que está dispuesto a entregarle su corazón sola a ella.

—Abuela…

—Bésala, sedúcela y embarázala… a no, eso último ya lo hiciste. —La mujer carcajeó. —Deberías reír más, quiero a esa chica aquí cuanto antes. Muero por conocerla y enseñarle algunos trucos de cómo azocar la correa de un lobo.

—Ni pienses que te voy a permitir que le des tus consejitos. —Se negó a la idea de su abuela.

—Tranquilo, también le daré una que otra poción para que te haga feliz en la intimidad. Después de todo te embobó por una noche en un baño. No me imagino lo que haría en una cama.

—¡Abuela! —Martina se marchó riendo, le fascinaba hacer rabiar a su nieto.

Jhon sacó el aire por la boca, quizás no había raptado de una buena vez a Andy por miedo a que su ocurrente abuela se uniera a ella. Puede ver solo problemas al imaginarlas juntas.

—Hijo. —Lycaon entró a la sala de estar. —Vi a mi madre de buen humor, ¿Acaso ya te decidiste a aceptar tu destino? —Jhon se tensó por completo.

—Sabes que la abuela siempre está de buen humor y más cuando sabe que me ha fastidiado el día. —Se sentó en uno de los sillones. —Es humana, padre y además osó a encararme sin temor alguno.

—Tiene temperamento. —Aceptó Lycaon. —La Diosa sabe siempre a quién ponernos en el camino.

—Es débil. —Le recordó.

—Y aun así te enfrentó. —Jhon lo miró a los ojos, odia cuando su padre siempre le lleva la contraria.

—Solo estoy pendiente de ella por mi heredero.

—Y de quién la rodea. —Sonrió por el gesto de fastidio de muchacho. —Hijo, no siempre los humanos son débiles, ella te demostró que no lo era. —Al verlo endurecer el gesto negó. —Si no la traes y la haces tu luna, si ella pierde a tu heredero, si no la marcas antes o durante la luna roja. El puesto como Alfa le será cedido a Keto.

—Sabes tanto como yo que Keto no puede ser el alfa de la manada.

—Entonces haz lo correcto y toma el poder que te corresponde. —Apretó su hombro. —Hijo, dale la oportunidad de que tu parte humana también ame a esa mujer, no te será difícil. —Besándolo en la mejilla se retiró.

Jhon, negando con la cabeza, decidió hacer lo de todos los días, ir cerca de Andy y asegurarse de que ella estuviera bien.

Brenda y Uriel estaban de los nervios, su jefe le estaba gritando a Andy y ella solo lo miraba con lágrimas en los ojos. Se contenía para no perder su trabajo, pero el hombre estaba siendo muy duro.

—A nadie le importa los problemas personales que tengas, ¡Aquí te contratamos para algo y ni eso haces bien! —Gritó más furioso. —¿Crees que puedes faltar siempre que te dé la gana y después volver sin más? ¡No mereces más que un despido sin paga! —Andy apretó los puños, realmente ya no se estaba conteniendo. —¿Dijiste algo? —El hombre la miró con superioridad al escucharla susurrar.

—He dicho que es un prepotente.

—¡Insolente! —El hombre alzó la mano, Uriel y Brenda estaban listos para intervenir, pero no fueron capaces de llegar. No antes que el imponente hombre que apareció llegar de la nada.

—Quien levante siquiera una rosa para tocar a mi luna, morirá.

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