Capítulo 81

Desperté en una neblina de dolor e incredulidad, mi cuerpo maltrecho y mi corazón aún latiendo por la embestida. La casa de la manada estaba en ruinas—muebles rotos, paredes chamuscadas y un silencio inquietante que contrastaba fuertemente con el caos de la noche anterior. Me senté lentamente en el ...