Capítulo 38.

Punto de vista de Arlo.

—Llegas tarde —le dije a Masha cuando entró en la casa molesta. —¿Dónde demonios estabas? —pregunté.

—Tengo un prometido, así que deja de actuar como si me pertenecieras —rodó los ojos y agarré su brazo. —Arlo —gritó.

—No soy Jay, a quien intimidas —estaba harto de que...