La invitación

Carmine

Han pasado cuarenta y ocho horas y quince minutos desde que Ma’am Lia quedó atrapada en su trance. Sus manos aún pulsaban, pero su piel se estaba volviendo pálida día tras día. He hecho todo lo que se me ha ocurrido; he llamado a diferentes sanadores, pero ninguno pudo decirme qué le había ...