CAPÍTULO OCHO: SEMBRAR LA DISCORDIA

—Ariel…—murmuró Ivy, su voz llena de un odio inmenso. Miró alrededor de la clase y notó que la gente le lanzaba miradas extrañas. Algunas estaban llenas de schadenfreude, mientras que otras estaban llenas de burla. Ivy sintió un frío tan intenso, como si su cuerpo hubiera sido sumergido en una bodega de hielo. La sensación era muy incómoda y abrumadora.

—Ivy, ¡Ivy!—Ivy sintió que alguien la tocaba, lo que la sacó de su ensoñación.

—¿Eh?—Se giró para mirar a su compañera de escritorio, que la miraba con confusión.

—¿Estás bien? He estado hablando contigo, pero estabas tan perdida en tus pensamientos—explicó su compañera de escritorio, Yvonne.

—Oh, estoy bien. Voy a usar el baño primero—Ivy se excusó y se fue apresuradamente.

¡Uf! Yvonne suspiró aliviada. Justo ahora, cuando se encontró con el rostro contorsionado y los ojos siniestros de Ivy, casi sintió que estaba cara a cara con un monstruo. Pero cuando volvió a mirarla, vio que su rostro había vuelto a la normalidad. Incluso tuvo sus dudas. ¿Serían sus ojos engañándola de nuevo?

—¡Dios mío! ¿Viste cómo estaba contorsionado su rostro?—preguntó un compañero de clase, temblando inconscientemente, después de que Ivy salió del aula.

—Sí, ¡era jodidamente aterrador! ¿Podría haber estado disfrazándose todo este tiempo?—preguntó otro chico desde la última fila, confundido.

—Bien hecho, siempre ha sido demasiado engreída—Jessie, una enemiga acérrima de Ivy, se burló con alegría. Sí, desde el principio, Jessie siempre ha tenido la sensación de que Ivy usa un disfraz para obtener lo que quiere. Parecía tan pretenciosa, acostumbrada a actuar como si fuera digna de lástima todo el tiempo. Jessie odiaba a las personas pretenciosas más que a nada.

Ivy, que corrió al baño y cerró la puerta de un portazo. Miró su rostro contorsionado con una expresión siniestra en el espejo del baño, luego gritó a todo pulmón. Cuando terminó de desahogarse, se lavó la cara y ajustó su expresión torcida a una normal. De repente, una idea la golpeó. Sonrió de manera perversa.

—Ariel, no me culpes, para deshacerme de ti, debo arruinar tu reputación—dijo mientras sonreía. Ivy había estado teniendo el impulso de hacer que Ariel desapareciera de la escuela desde hace tiempo.

Mientras los estudiantes estaban en clase, un hilo se fue extendiendo lentamente en el foro de la escuela. Fue publicado por una cuenta anónima. Este era el contenido de la publicación:

—Ariel, la recién nombrada belleza del campus, resulta ser la joven señorita de la renombrada familia Hovstad en Ocean City. Se dice que fue enviada al campo a la edad de cinco años porque la consideraban una maldición. En el campo, seguía causando problemas en cada escuela en la que se inscribía. Con su bajo rendimiento y golpeando a los estudiantes, siempre la obligaban a transferirse a diferentes escuelas. ¡Qué problemática! Además, eso claramente significa que es hermana de Ivy. ¿Por qué creen que ocultó ese hecho a la gente? Además, con sus calificaciones, ¿creen ustedes que es apta para entrar en la poderosa escuela secundaria Anderson?

Este hilo de repente causó sensación en toda la escuela secundaria Anderson.

—Flow with the Wind: Tsk, pensar que alguna vez la vi como mi diosa. Es tan despreciable.

—Your Mom: Hmph, ¿quién iba a saber que sería ese tipo de persona? Me siento disgustado solo de pensar en ella.

—Pretty Kitty: Oigan, ¿eso significa que ella entró a la secundaria Anderson por la puerta trasera?

—Lassie: Por supuesto, si no, ¿de qué otra manera?

—Doll: Chicos, ¿y si solo es un rumor? No creo que sea ese tipo de persona.

—Flow With The Wind: Oye @Doll, ¿te ha enviado ella o qué? ¿Cuál es tu relación? Hmph, ¡lárgate, mocosa!

Maya, cuyo ID de usuario era Doll, estaba tan enojada que sus fosas nasales se ensancharon. Solo estaba tratando de defender a Ariel, su compañera de escritorio. ¿Por qué la estaban insultando? Cerró sesión furiosa y decidió echarse una siesta en su escritorio, no sin antes mirar a Ariel, que dormía a su izquierda, aún ajena a la tormenta en el foro de la escuela.

En el grupo A, la gente rodeaba a Ivy, y ella estaba tan feliz, ya que siempre había querido ser la única en el centro de atención. Sus labios se curvaron con orgullo.

—¿Ven? Solo necesitaba mover un dedo y todos estarían adulándola —pensó con arrogancia.

—Ivy, ¿por qué no nos dijiste que Ariel era tu hermana? —preguntó Yvonne, su compañera de escritorio.

—Inicialmente quería decírselos, pero ella... —Ivy se atragantó con sus palabras mientras narraba.

—Te debe haber amenazado, ¿verdad? —preguntó fríamente Velma, la mejor amiga de Ivy. Estaba impaciente. Encontraba a Ariel despreciable. ¿Cómo podía amenazar a su hermana de sangre para que no revelara su relación de sangre?

—No, mi hermana no es ese tipo de persona, solo tenía miedo de que la gente cuestionara cómo entró a la secundaria Anderson con sus calificaciones —Ivy negó con la cabeza continuamente mientras se limpiaba las lágrimas inexistentes de las esquinas de sus ojos. Al decir esto, Ivy estaba insinuando que Ariel realmente había entrado a la secundaria Anderson por la puerta trasera, algo que los estudiantes de la escuela encontraban inaceptable. Estaba secretamente encantada solo de pensar en cuántas personas odiarían a Ariel por esto.

—Siempre te está acosando, pero tú sigues hablando bien de ella, eres demasiado buena, Ivy, y por eso ella se aprovecha de eso. No te preocupes, encontraré la manera de darle una lección por ti —Velma le dio una palmada en la espalda a Ivy como una forma de ofrecerle consuelo.

—¿Pero qué pasa si se lastima? —preguntó Ivy preocupada mientras tiraba de la mano de Velma.

—No te preocupes, sé qué hacer —Velma le dio una palmada en el hombro a Ivy en señal de seguridad, luego se alejó con su grupo. Mientras Velma se iba, no miró hacia atrás, de lo contrario, habría visto la sonrisa victoriosa y burlona de Ivy.

—Ariel, no sabes lo que te espera hoy... —Ivy soltó una risa maniaca en voz baja. Después de un tiempo, se escucharon gritos dolorosos provenientes de los baños de mujeres.