Domando al alfa

"¡Imposible!" grité, con el shock recorriéndome mientras el lobo plateado se transformaba justo delante de mis ojos, convirtiéndose en el mismo esclavo que había adquirido para dominar el arte de complacer a mi prometido.
Curtis se rió suavemente, su voz era tranquilizadora, "Por favor, no temas, mi Luna. No tengo intención de consignarte al reino de Hades, como he hecho con otras familias reales." Su mano rozó mi mejilla, sus ojos ardían con una intensidad que me hizo estremecer.
"Muéstrame los resultados de nuestras lecciones compartidas en satisfacer a los hombres," ordenó Curtis.
Temblando, mis manos exploraron tentativamente el cuerpo musculoso de Curtis. El miedo a la muerte me impulsaba a obedecer sus órdenes, a pesar de mi aprensión.
Nunca podría haber imaginado que la compra de un esclavo desencadenaría la caída de mi reino a través del inesperado ataque de Curtis. Ahora, debo prepararme para intercambiar lugares con Curtis, para convertirme en su cautiva. Mientras me aferro desesperadamente a la esperanza de una oportunidad para escapar, rezo en silencio para que el destino intervenga, otorgándome una oportunidad de recuperar mi libertad...