Capítulo 67.

Helena y Maximilien se fueron a su habitación, los dos necesitaban estar a solas para aprovechar el poco tiempo que tendrían juntos, puesto que él debía regresar lo más pronto posible para estar presente en la campaña de lanzamiento de los nuevos equipos de tecnología. Una vez estar en el interior de ese espacio que en esos momentos estaba impregnado de romanticismo, en la rodeo con sus brazos y la atrajo hacia donde estaba. Necesitaba sentir la cerca, respirar su aroma que lo embriagaba, quería saciar ese deseo que lo consumía, y a ella le pasaba lo mismo, el amor que le tenía, despertaba un mar de emociones que no se acababa nunca.

—te he necesitado como un loco, me has hecho tanta falta, amor, me encantas —decía el con la voz entrecortada y la respiración al límite.

—a mí me pasa lo mismo, ese tiempo sin ti ha resultado el más difícil —dijo ella.

Sus labios se unieron en un apasionado beso, y sus manos recorrían sus cuerpos en señal de la pasión que se producía con el contacto de su piel.

—me moría porque nos quedáramos a solas —musitó.

—yo también —contestó sumamente excitada.

Maximilien deslizaba sus manos por el cuerpo de la joven, y ella se dejaba llevar por el inmenso placer que estaba sintiendo. Los besos subieron su intensidad, y poco a poco se fueron despojando de las prendas que les estorbaban para unirse por completo.

—soy adicto a tu cuerpo, eres como el aire que respiro, me siento vacío si no te tengo conmigo —dijo Maximilien depositando suavemente a Helena sobre la cama.

—Eres maravilloso, quiero que lo nuestro siempre sea así, que nunca se pierda esto qué sentimos —contestó ella con la respiración entrecortada.

Sus ojos delataban el gran momento que estaban viviendo; era como un volcán de emociones que se desataba cada vez que estaban juntos.

Por otra parte, Karen y Michael aprovecharon la belleza de la noche para salir a dar un paseo tal como se los había sugerido Helena .

—Se ve que tu amiga y su pareja son increíbles, y además se llevan muy bien —comentó Michael.

—ellos hacen una pareja maravillosa, hace tiempo estuvieron casados, pero por un terrible malentendido se divorciaron y así permanecieron durante dos años, pero nunca pudieron vivir el uno sin el otro, al cabo de un tiempo se reencontraron por un problema entre las familias, y a partir de ese momento, no pudieron volver a separarse jamás —relató la joven.

—mira nada más, esa historia que me cuentas es increíble, pero también es lo que sucede cuando dos personas se aman realmente, no hay límites para ellos —dijo acercándose un poco más.

Michael miró fijamente a los ojos de Karen, y luego tomó su mano.

—tú y yo no estuvimos juntos en el pasado, pero si te soy honesto, siempre sentí algo muy especial por ti —le confesó.

Los ojos de Karen se abrieron como platos, no se esperaba una confesión así por parte de Michael, el corazón le latía desenfrenadamente, estaba sintiendo tantas cosas en ese momento, que no podía expresarlo con palabras.

—si te he ofendido, te pido que me perdones, no era esa mi intención —comentó nervioso.

—por supuesto que no me ofendes, por el contrario, si reaccioné así, fue precisamente porque no me esperaba algo como eso, jamás me di cuenta de lo que sentías por mí, y la verdad es que lamento no haberlo hecho —dijo sinceramente.

—no podemos retroceder el tiempo, pero si podemos comenzar de nuevo —sugirió y luego la trajo hacia donde estaba el.

Sus manos se unieron, y luego en la rodeo por la cintura con sus fuertes brazos, acercó su rostro al de ella y le dio ese beso que tanto ansiaba.

Por unos minutos estuvieron así, en silencio, permitiendo que solamente sus cuerpos hablaran, esos besos lo decían todo, era imposible negar lo que estaban naciendo entre ellos.

—Eres maravillosa, Karen, te juro que nunca había sentido algo así por nadie —exclamó.

—tal vez nos estamos apresurando, Michael, vamos muy rápido —precisó ella.

—sólo seguimos el compás de nuestro corazón, nada más, dejemos que sea el tiempo el que se encargue de darnos las respuestas que necesitamos —le propuso.

—tienes razón, al diablo con los prejuicios tontos, hagamos lo que dice nuestro corazón, y si esto es una locura, será la locura más increíble que me haya sucedido —expresó ella.

Ambos estaban conscientes de que las cosas se estaban dando muy rápido, no obstante, estaban decididos a aventurarse en esas aguas peligrosas pero a la vez interesantes que los envolvía, pero que estaba resultando la experiencia más espectacular que hubiesen podido pasar.

Por otra parte, Helena se disponía a salir de la habitación, quería ir a ver cómo estaban las cosas con su mamá, estaba a punto de abrir la puerta, cuando Maximilien llegó por la espalda y la cargó inesperadamente.

—Ay, por dios, cariño, no hagas eso, por poco me da un infarto, recuerda el estado en el que me encuentro —le dijo ella.

—lo siento, hermosa, no era mi intención asustarte, sólo quería evitar que te vayas, me pongo muy celoso cuando ese doctorcito está cerca de ti—afirmó con determinación.

—en qué quedamos, ese tema debería estar cerrado, sólo son imaginaciones tuyas, amor —argumentó la chica.

—no confío en ese tipo, vi la manera en la que te miraba, y honestamente te puedo decir que le gustas demasiado —contestó.

—Nos está ayudando mucho con lo de mi madre, eso es todo, no creo que exista una segunda intención en su actitud —le dice tratando de convencerlo.

La expresión en el rostro de Maximilien cambió un poco, la mira con intensidad, pero hay un brillo extraño en su mirada, definitivamente son celos, pero también una gran desconfianza hacia Stuart.

—soy hombre, cariño, y sé perfectamente lo que te estoy diciendo, yo sé que no hay nada malo en tu proceder, pero no me gustaría tener que decirle algo debido a tu cercanía, sé que no le has dado motivos para que él se haga ilusiones, pero es imposible no quedar cautivado por ti , eres muy atrayente, preciosa, y eso lo entiendo, pero no me gusta que él se tome esa confianza contigo —señaló.

Ella se quedó pensando un momento, tal vez no estaba viendo con claridad, y la conducta del doctor si pudiera tener una doble intención, por lo que se relajó un poco y decidió dejarle las cosas claras a Maximilien en cuánto a su forma de pensar respecto a ese tema.

—escúchame, el doctor Stuart puede o no estar enamorado de mí, puede tener sentimientos hacia mi persona, pero él no me interesa, además como bien lo dijiste, jamás haría nada que le diera a entender algo indebido, así que por favor, Maximilien, quiero qué esas cosas desaparezcan de tu mente, no quiero que volvamos a esos tiempos en los que reinaba la desconfianza, no podría soportarlo —expuso.

—no pasara, pero que quede claro, que si yo veo algo incorrecto en el proceder del médico, le voy a hacer ver que tú eres una mujer comprometida, te lo digo para que estés enterada, y no te preocupes, jamás volverá a existir ninguna duda que se interponga entre tú y yo —.

El día estaba en su máximo esplendor, todo parecía ir muy bien, Michael y Karen se veían radiantes juntos, Helena había tomado la noticia de una manera increíble, y Maximilien y Michael se llevaban a las 1000 maravillas, parecía que se conocían desde siempre, hasta hablaban de negocios con toda naturalidad, mientras las chicas disfrutaban de un hermoso paseo en la playa.

—me da mucho gusto que hayas decidido darle una oportunidad a Michael, a veces los amores del pasado son lo que realmente necesitamos para ser felices, mírame a mí, nunca pude rehacer mi vida con alguien más, porque el destino siempre fue estar con Maximilien—dijo Helena .

—no sé si estoy haciendo bien o no, pero quiero arriesgarme, amiga, la vida es de retos, y hay que asumirlo, así como lo hiciste tú, le diste una oportunidad y apostaste por el amor, y mírate ahora, eres feliz junto al hombre que amas y vas a tener tres hijos —contestó Karen.

Por el momento en la vida les estaba sonriendo, el presente parecía muy prometedor, pero como nadie sabe lo que guarda el futuro, era mejor vivir el día a día como si se tratara del más bello regalo. La familia de Diana, ya había recibido la notificación de la disolución de la sociedad con los Baker, por supuesto los padres de la mujer habían tomado pésimamente la noticia, y le habían recriminado a ella por todo lo que sucedió, responsabilizándola por completo por sus malas acciones.

—Todos los Baker son unos malditos, sólo me utilizaron, pero ahora que ya no me necesitan me desechan, y no se los voy a permitir, así que prepárense, porque mi venganza apenas comienza, los voy a destruir, les daré donde más les duela—Pensó en voz alta.

Definitivamente Diana estaba muy molesta, y sin duda empezaría una guerra en contra de los Baker por lo que consideraba le habían hecho, tenía un resentimiento extraño hacia Gregory, era como si algo terrible hubiese sucedido entre ellos. Por otro lado, los abuelos estaban muy contentos de qué el tratamiento con su hija estuviera funcionando a las 1000 maravillas, sabían que Helena sería el remedio perfecto para atraer nuevamente a la vida a su preciada Carolina.

—me parece increíble como nos ha cambiado la vida, Victoria, hace un mes estábamos solos y tristes, pensando en que nuestra hija se consumiría en esa cama, en ese estado —expresó el abuelo.

—yo nunca perdí las esperanzas, Max, y cuando Helena llegó, todas mis ilusiones resurgieron como una resplandeciente estrella en el cielo, estoy feliz, viejo, creo que tendremos la oportunidad de disfrutar los años que nos quedan al lado de nuestra hija, nuestra nieta, y nuestros bisnietos, lo que siempre quisimos —respondió la abuela Victoria.

—que así sea, mujer —dijo abrazando a la abuela con un cariño tan puro y transparente como sólo sabían hacerlo las personas de la tercera edad que se aman con ese amor incondicional.

Era momento de reunirse para la hora de la comida, les quedaban sólo unas horas en la ciudad, todos debían regresar, excepto Helena, la cual tendría que quedarse para ayudar a sus abuelos y al doctor con todo lo necesario en el tratamiento de Carolina.

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