



CAPÍTULO 6
CAPITULO 6
Kenia llega hasta donde su madrina, una condesa española que siempre la ha querido desde que era una niña pero que ya tiene muchos años.
— Sabes que él deber de una madrina es ser El reemplazo de una madre cuando ésta no está — la abrazó en ese momento y le prometió que la apoyaría en todo.
Kenia empezó a cambiar de inmediato, ya no sería la misma mujer llena de sueños de antes, quería ser una mujer fría e implacable.
En ese momento lo primero que pensó, fue un cambio radical de su mentalidad y de su cuerpo.
Su madrina se vuelve en alguien incondicional, que le ayuda a fortalecer no solamente su cuerpo sino su espíritu.
Rafael también decide quedarse a su lado, no solamente por la gratitud que durante mucho tiempo ha tenido con el padre de Kenia, sino porque le encanta vivir el proceso de cambio que ella está teniendo.
Luisa llega a la gran mansión luego de un par de días, ella le pide a Mariano hablar durante un momento.
— Los dos no tenemos nada que hablar, por tu culpa la persona más importante en mi vida está muerta — la rabia que él sentía en ese momento por perder a la persona más importante era lo que lo mantenía con vida.
— Por favor, solo quiero que me escuches, estoy embarazada, tengo 4 meses de embarazo — Luisa empezó a llorar.
—¿Porque no me dijiste antes de esto?— El abrió los ojos sin entender, solo observando los exámenes que la mujer colocó en la mesa.
— Los dos teníamos un plan, esperaba decirte cuando todo estuviera bien, pero te enamoraste de la gor... De ella — Luisa suspiro — Yo no lo puedo cuidar, creo que lo mejor es darlo en adopción —.
— Por supuesto que no, yo voy a cuidar de mi hijo — Maríano sentía que ese bebé era la esperanza que tanto le pedía al cielo.
— Solo lo haré si nos casamos, si tenemos una vida en familia, nos amamos antes de ella no dejemos que su recuerdo dañe nuestro futuro — suspiro Luisa y lo tomo de las manos.
Mariano estaba desesperanzado, la idea de ese hijo, era lo único que le quedaba, así que accedió a casarse con Luisa solo por su hijo
— Nunca seremos pareja — le explicó.
La boda fue un evento simple, no fue muy anunciado, pues solo habían pasado un par de semanas desde la muerte de Kenia.
Kenia recibe la noticia por parte de Rafael, pues a pesar que fue algo discreto, alguna población de la alta sociedad se enteró.
— Con esto solo confirmo que mi decisión es la adecuada — ella toma un poco de aire mientras empieza a correr por la colina que rodea la mansión de su madrina.
Pasan tres años...
Una hermosa rubia, con un bello vestido rojo se acerca en medio de un cóctel a un grupo de hombres que se quedan boquiabiertos con su belleza.
— Para mi el conde de Montecristo, es más que un libro de venganza, es un libro de crecimiento personal, dejo de ser un hombre y se volvió un Dios — sonríe Kenia.
— Mucho gusto, Daniel Valencia y ¿Usted es?— Pregunta un hombre joven pero de mucho poder que es rodeado por otros.
— Helena, Helena Montalbán — sonríe ella de manera coqueta.
Para Daniel ella es una presa que como un león está acorralando, sin imaginar que realmente el es la presa de las manos de Helena o Kenia.
Daniel siempre fue el primo indeseable de Mariano, los dos siempre competían por ser mejor que el otro, la gran diferencia es que el padre de Daniel, y hermano de Hernán, fue mucho más inteligente en sus negocios y le dejo un imperio económico envidiable.
La conversación de los dos es larga y algo tensa, Daniel y ella están en un juego de pasiones y de deseo.
Cuando ella llega a casa, se siente asqueada.
— No sigas con esto, solo vas a salir lastimada — Rafael siempre ha estado a su lado.
— Rafael, siempre has sabido que está es mi misión, no me quites esto — le pide ella con los ojos llenos de seguridad.
— Y tu sabes que te amo, que desde antes de ser Helena, ame a Kenia — el intenta besarla pero ella lo aleja.
— Kenia te hubiera amado, pero yo no puedo, sencillamente Helena solo piensa en la venganza, si no puedes con eso, vete — Ella se encierra en su habitación.
Cómo cada noche busca noticias de Mariano, y lo peor es que se encuentra con noticias de su vida feliz al lado de Luisa, de su maravillosa familia.
Esto en realidad solo es una imagen para los medios, el matrimonio está roto, Mariano nunca ha tocado a Luisa desde que amo a Kenia, no puede, parece que su ser solo era capaz de hacer el amor con aquella mujer que no olvida.
Con el pasar de los días, Daniel se obsesiona lentamente con Helena, su belleza y su seguridad es algo que nunca ha visto.
— ¿Porque me has hechizado?— le pregunta mientras intenta besarla pero ella se aleja.
— Quizás porque quiero algo más de ti — Helena se quita la ropa y luce un hermoso conjunto de lencería.
— Déjame tocarte — Daniel se acercó y la tomo de la cintura mientras olfateba su cuello.
— ¿Y pasará después de la cama? Te irás y olvidarás llamarme, no soy una de tus conquistas — Helena tenía una gran sonrisa en su mejilla.
— Te querré por toda la eternidad — Daniel la besa mientras intenta quitarle el sostén pero ella lo aleja después de un roce de sus pieles.
— Si en verdad seré tuya para la eternidad, deberías demostrarlo, más que palabras son actos — Helena se viste y se va dejando a Daniel con el corazón en la mano.
El hombre la busca a la mañana siguiente, ella lo recibe en compañía de su madrina
—¿Que es lo que quieres Joven Daniel ?— pregunta la anciana con una gran sonrisa aunque sabe lo que ocurre
Daniel se arrodilla delante de ellas y saca un hermoso anillo que compro a primera hora del día.
— Ella es la mujer que quiero a mi lado, desde que la conocí hace un par de semanas, se que Helena es la mujer de mis sueños ¿Quieres casarte conmigo?— pregunta Daniel cayendo ante sus encantos.
Helena acepta, se coloca el anillo y le da un beso, la manera de demostrar que ha cedido a lo que el desea.
Después de destapar una botella de champagne, La madrina de Helena decide preguntarle a Daniel
—¿Cuando será presentada en tu familia? Es tradición para nosotros que ella conozca a tu familia antes de las nupcias — la mujer guiñe el ojo a Helena que siente que regresar hace su venganza más cercana.
— La única familia que tengo es la de mi tío, pensaba regresar en un par de dias para cerrar unos negocios, creo que sería el momento perfecto — Daniel le da un beso en la mano a Helena.
La noticia del regreso de Daniel con su prometida llega a la casa de Hernán.
Alejandra enfurece, ella siempre quiso tener a Daniel como su esposo, pero por su parentesco su padre se lo impidió.
—¿Tenemos que recibirlo? La verdad es que odio ver su cara de soberbia — Mariano y el siempre habían tenido una riña desde el pasado.
— Si, Daniel y yo tenemos negocio, además es mi única familia, así que será recibido como parte de nosotros — explica su padre.
Llega la gran noche...
Helena, se coloca un hermoso vestido dorado de brillantes, la imagen de la tierna Kenia es solo una ilusión que dejó de existir en medio del dolor.
Daniel la espera con una gran sonrisa, ama el juego previo que los dos tienen, aún no han hecho nada pero el sabe que cuando pase será lo mejor de su vida.
—¿Porque estas tan nerviosa?— pregunta con una sonrisa mientras el automóvil se estaciona y la familia se acerca para recibirlo en la puerta.
— Es tu familia, nos vamos a casar, es todo — dice nerviosa.
Al abrir la puerta, Hernán lo recibe con un abrazo, los demás miembros están alrededor
expectantes de la prometida.
— Ella es Helena Montalban, mi prometida — sonríe el mientras la ayuda a salir tomando su mano.
Todos empiezan a murmuran, y Mariano alza la mirada, hay algo en aquella bella mujer que agarra del brazo a su primo que es magnético y lo atrae.