Ponte de rodillas

Me subí junto a Alessandro y el conductor arrancó el coche y se puso en marcha, y así, de repente, estaba en un coche con el jefe con el que me acostaba, que era el multimillonario Alessandro, dirigiéndonos a un destino desconocido.

Se giró y me observó, con la mandíbula apoyada en la palma de su m...

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