Capítulo noventa y ocho

—Es Daniel, mamá —respondió Emma suavemente mientras lo observaba.

—¿El hombre del que me hablaste? —preguntó Amy.

—Sí, es él —aclaró Emma, su corazón elevándose y hundiéndose, moviéndose en todas direcciones mientras absorbía la manera en que Daniel tomaba el control de la habitación simplemente ...