Pasa la Navidad contigo

Parecía que iba a explotar si no tenía tiempo para relajarse. Finalmente, sus hombros cayeron y sus labios se curvaron ligeramente en una sonrisa de resignación. Esto era una señal de que estaba cediendo.

Se levantó y se quedó un momento sobre mí, sorprendiéndome cuando enterró su cabeza en el huec...