La carta de mi padre
Miré hacia el cielo, después de que mis lágrimas se calmaron. Parece que, esta vez, es el turno del cielo de llorar. A pesar de que el clima estaba muy soleado.
Después de poner margaritas en la lápida de mi madre, decidí irme directamente a casa antes de que la lluvia realmente comenzara. Estoy tratando de ser fuerte, no importa qué, no tengo otra opción más que intentar vivir la vida aunque ahora tenga que estar sola.
Justo cuando llegué a casa. Jonathan me llamó, no sé qué más quiere preguntar hoy.
—Hola Lea, ¿estás en casa?
—Sí, estoy en casa, ¿cómo te fue en tus estudios?
—Acabo de llegar a mi dormitorio, antes, por alguna razón, sentí que llorabas. Me pone nervioso. Me quedé sin palabras, ¿cómo supo Jo que estaba llorando? No entiendo por qué Jo se preocupa tanto por mí. Incluso cuando está lejos, aún puedo sentir su amor y cuidado.
En este momento, no sé qué hacer. Estoy confundida, ¿puede Jonathan estar tranquilo si le cuento lo que acabo de experimentar? Solo lo haría enojar.
—Lea, ¿estás llorando? —preguntó Joe.
Intenté no hacer ruido, pero aparentemente, él aún sabía que estaba llorando.
—Joe, ¿qué debo hacer? —dije, con el pecho apretado.
—¿Qué pasa, Lea? Dime, ¿qué sucedió?
—Me expulsaron de la escuela.
—¿Qué? ¿Por qué?
—Porque no asistí durante tres semanas, el director me expulsó.
—¿En serio? ¿No tenías ya permiso? —Sí, como esperaba, Joe estaba furioso.
—No lo sé —dije. Este problema me está volviendo loca.
—¿Es obra de esa compañera de clase que siempre te molesta? Eveline Haller, ¿fue ella quien pidió que te expulsaran?
—No lo sé, no lo sé, aunque creo que ella ha querido que me vaya de esa escuela desde hace mucho tiempo.
—¿Y tus amigos? ¿Nadie te defendió?
—No, olvídalo, Joe. No quiero hablar de eso, tal vez debería simplemente cambiarme a otra escuela.
—¿Estás segura? Le pediré a mi mamá que vaya a tu escuela.
—No, Joe. No quiero que tía se involucre. Vamos, estoy bien. No necesitas preocuparte.
—¿Cómo no voy a preocuparme? Estás llorando así. ¡Me siento tan enojado!
—Gracias.
—No necesitas agradecerme, ahora lo más importante es cuidar tu salud y no pensar demasiado. Todo estará bien. Nunca pienses que estás sola, aún me tienes a mí, a mi padre y a mi madre también.
—Cuando mi abuela murió, tenía mucho miedo porque estaba sola. Pero, cada día siempre recibo apoyo de ti, de tío y tía, estoy realmente agradecida.
—Lea, solo necesitas creer en una cosa. Un día, las lágrimas que fluyen de tus ojos hoy serán reemplazadas por sonrisas de felicidad. Un día, ya no estarás sola, habrá alguien que te ame y se preocupe por ti, ¿me crees?
—Sí, te creo —le respondí con una voz temblorosa, mis lágrimas no podían dejar de fluir. Siento la fuerza que me mantendrá avanzando a través de este dolor.
Después de hablar con Jo por teléfono, mi corazón se sintió más ligero. Resulta que solo necesitaba llorar y sacar todas las cargas de mi corazón.
Después de un baño, me siento emocionada de nuevo para practicar. Estoy buscando una cinta de video del recital de violín de mi madre, tal vez pueda aprender la técnica que usaba, por qué era tan genial.
—¿Dónde la guardó la abuela? —murmuré mientras desempacaba el baúl que contenía el video y las reliquias de mi madre. La abuela dijo que mi madre siempre guardaba las cosas que más le gustaban en este baúl, incluidos videos de competencias y recitales que había hecho.
—Aquí estás —encontré una caja llena de algunas cintas de video antiguas que mi madre había guardado muy ordenadamente.
Reproduje la cinta de video mientras ella interpretaba la pieza de Niccolo Paganini - Caprice No 24 de una manera muy genial.
—Ella es realmente increíble —estaba asombrada. No esperaba que fuera tan hermosa y también talentosa. Mi padre debe haber sido muy afortunado de tener a una mujer tan grandiosa como ella.
—Bien, con esto, estoy emocionada de practicar. ¿Veamos otro video también, eh? ¿Qué caja es esta?
Vi una pequeña caja que contenía cintas de video. Por curiosidad, la abrí de inmediato.
—¿Un colgante? —un collar con un colgante en forma de corazón dorado que coincidía exactamente con el que Damien Lachance había mostrado.
No puedo creerlo, resulta que mi madre lo guardó en un lugar como este. Mi corazón se aceleró, recordando las palabras de Damien de que esta cosa era muy valiosa. Aunque lo que vi era solo un collar con un colgante normal, ni siquiera tenía un diamante. Entonces, ¿qué hace que este colgante sea tan importante?
Además del relicario, había un sobre azul que contenía una carta escrita a mano—¿Es esta una carta de mi papá? —pensé.
Querida Marina,
Es realmente gracioso que esté escribiendo una carta como esta, considerando que usualmente intercambiamos mensajes por correo electrónico. Sin embargo, me he dado cuenta de que una carta escrita a mano podría ser más memorable. Quiero que guardes esta carta.
¿Cómo estás? ¿Cómo están tu padre y tu madre? ¿Están bien? ¿Cómo está mi pequeña? ¿Ha entrado al jardín de infancia? La extraño mucho. ¿Sabes? Cada vez que me duermo, siempre veo a Lea en mis sueños. Ella es muy hermosa como tú.
Lo siento, por causarte problemas. También lo siento, te involucraste en mi problema. Perdón por hacerte tener que guardar este relicario. Ojalá podamos reunirnos en nuestra pequeña familia. Tú, yo y nuestra princesa, Lea. Te amo.
14 de agosto de 2010
Pierre Malverick
Mis lágrimas cayeron sobre la hoja de la carta que mi padre escribió a mi madre. Aunque nunca lo conocí y ni siquiera vi su rostro, podía sentir el cariño de un padre a través de las cartas que escribió.
—Papá, quiero conocerte. Lo extraño. No entiendo, ¿por qué mis padres no viven juntos? ¿Cuál es el problema que los hizo separarse así? Aunque se aman. De hecho, hasta que mamá murió, papá ni siquiera lo sabía, ¿cómo pudo ser? Esto es muy extraño.
—Tengo que conocerlo. Sí, me pregunto cómo es él.
Mi madre me acompaña antes de ir a la cama, mientras lee mi libro de cuentos de hadas favorito, "La Bella y la Bestia". Lo que más me gusta de esa historia es cuánto ama la Bella a su padre, hasta el punto de estar dispuesta a intercambiarse para vivir con un monstruo para que su padre pueda sobrevivir.
Siempre recordaba esa historia y cuando mi madre terminaba de leerla, le preguntaba de inmediato.
—¿Mamá?
—Sí, querida.
—¿Mi papá es como el papá de Bella, mamá? —pregunté inocentemente. Nunca supe quién era mi padre.
—El papá de Lea es mucho más amable y también inteligente —respondió mamá con una sonrisa.
—¿Papá es bueno e inteligente?
—Sí, y también guapo como un príncipe.
—Vaya... ¿de verdad? —estaba asombrada al escuchar que mi padre era como un príncipe de un cuento de hadas.
—Tu papá puede hacer muñecas que pueden caminar y hablar.
—Él es genial. ¿Cómo puede hacer una muñeca así? ¿Es como las muñecas que venden en el supermercado?
—Aún más asombroso, puede hacer muñecas que pueden hacer trabajos como los humanos.
—¿Por qué no hizo una muñeca así para mí?
—Ahora está haciendo una muñeca muy bonita para Lea, pero como está hecha específicamente para su niña favorita, toma bastante tiempo.
—¿Cuándo estará terminada la muñeca, mamá?
—Cuando esté lista, lo conoceremos, ¿de acuerdo?
—¿De verdad? ¿Lo conoceremos?
—Sí, pero no le digas a abuelo y abuela. ¿Me lo prometes?
—¡Sí, lo prometo!
