Es hora de levantarse
Esta mañana decidí llamar a Damien Lanchace, después de pensarlo toda la noche. Tal vez sería mejor vivir con mi papá, aunque nunca lo había conocido y sería realmente incómodo.
Sin embargo, es mejor que tener que soportar todo sola. Especialmente, considerando que él tenía tres mayordomos. Puedes estar seguro, papá es un hombre rico.
—Hmm...— murmuré, de repente mi entusiasmo se triplicó.
Por supuesto, si él es realmente un hombre adinerado, esto será una buena suerte para mí. No tendré que preocuparme por los gastos de vida y podré ir a la escuela en paz sin miedo a ser expulsada.
—Está bien, tal vez debería quedarme con papá. Sí, aunque nunca nos hayamos conocido y sea incómodo, seguramente con el tiempo nos llevaremos bien— me dije a mí misma después de estar molesta unos días atrás.
Mis manos temblaban, esperando que Damien Lanchace contestara el teléfono. Se sentía tan vergonzoso, después de que ayer me había negado a ir con él a París. Pero ahora incluso suplicaba por conocer a mi padre.
—¿B-buenos días?— saludé nerviosa, esperando que todo saliera bien.
—Buenos días, ¿con quién hablo?— preguntó un hombre, sonaba como Damien por su voz.
—Soy Lea Bichsel.
—¿Señorita Lea? ¿Cómo está?
—Estoy bien, um... ¿y mi papá? ¿Está bien?— pregunté. ¿Qué estoy diciendo? ¿De qué estoy hablando? Es tan vergonzoso.
—Él está bien, ¿cuál es su decisión, señorita Lea? ¿Lo ha pensado?
—Sobre eso, he decidido conocer a mi papá— respondí, aunque al principio dudaba, no pensé que finalmente decidiría vivir con un papá que nunca había conocido.
—Gracias a Dios, al final eligió vivir juntos. El señor Pierre debe estar muy feliz, entonces la recogeré el lunes.
—Ah... ese colgante...
—¿El colgante? ¿Lo encontró?
—Sí, lo he encontrado. Al parecer, fue mi mamá quien lo guardó.
—Gracias a Dios que se encontró, es muy importante. Le ruego que lo conserve y lo cuide. Si es así, la recogeré el lunes, así que desde ahora debe preparar los documentos de transferencia y para otros documentos, le ayudaré más tarde.
—Muchas gracias.
—No necesita agradecerme, este es mi trabajo.
Después de contactar a Damien, será mejor que le diga a Tío Gabriel y Tía Marily sobre mi mudanza. De cualquier manera, tienen que saberlo.
—¿Estás segura de tu decisión, Lea?— Tío Gabriel me miró, con un atisbo de preocupación en sus ojos, al igual que Tía.
—Es mejor que lo pienses primero, Lea. Aún puedes vivir aquí con nosotros, por la comida y otros gastos, no necesitas preocuparte. Aunque tu tía y yo no seamos tan ricos como tu padre, aún podemos cuidarte.
—No, no es por eso. Solo recordé que en el pasado, mi mamá prometió llevarme a conocer a papá. Pero, hasta que ella murió, esa promesa nunca se cumplió. Pensé, tal vez ahora es el momento de conocer a mi padre biológico.
—Entiendo, pero la vida en París y en este pueblo debe ser diferente. ¿Estás segura de que podrás adaptarte?
—No lo sé porque nunca he estado en el extranjero antes. Pero, nunca te has preocupado por ese problema. Puedo manejarlo.
—¿Qué hay de tus lecciones de violín? ¿No vas a tener un musical el próximo mes?
—En ese caso, renunciaré—
—¿Renunciar? ¿Estás segura? ¿No eras muy feliz de estar en la misma escuela que tu madre?— preguntó la tía. Parece que aún recuerda lo entusiasmada que estaba cuando pude entrar al curso de música.
—Sí, pero no creo que tenga tanto talento como mi mamá. No tengo las mismas habilidades que ella.
—¿Por qué hablas así, Lea? Si tu mamá te escuchara, definitivamente se pondría triste. Tienes el mismo talento que ella, solo necesitas practicar más— la tía trató de aconsejarme, me sentí realmente mal y triste.
—Pero—
—Si realmente quieres dejar el curso de música de la señora Doris, por favor hazlo. Pero no lo dejes solo porque no puedes tocar como tu madre. Lea, tu madre solía sentir que no tenía talento, pero practicaba duro todos los días. Así que, no te rindas, aún tienes muchas oportunidades.
—Entiendo, cuando esté en Nueva York más tarde, tomaré lecciones de violín allí. Papá definitivamente me apoyará, ¿verdad?
—Por supuesto.
Poco a poco, mi ansiedad desapareció. Después de decidir dejar las lecciones de música y reunirme con la señora Doris en persona, creo que esta será la última vez que escuche sus críticas tan mordaces.
—¿Quieres dejarlo?— la señora Doris me miró fijamente, era aterrador cada vez que tenía que pararme frente a ella así. Pero no importa, solo necesito aguantar un poco más.
—S-sí— respondí mientras contenía la respiración.
—No importa si quieres renunciar. ¿Crees que te voy a persuadir?
—No lo creo.
—Sé que pensabas que te convencería de no renunciar, muy confiada, ¿eh?— dijo mientras mostraba esa sonrisa cínica.
Realmente no sé qué decir. Esta bruja no entiende que quiero renunciar, no porque quiera ser mantenida.
—Ya lo dije, ¡así que con su permiso!— dije, es mejor que me vaya de este lugar. No sé cómo mamá pudo soportar a alguien como la señora Doris.
—Basura inútil, es bueno que te detengas. ¡Esta escuela no necesita a alguien como tú!
—Impertinente, quedarse callada solo empeora las cosas. Ugh... ¡sé paciente, Lea! ¡Sé paciente!— pensé. Casi grité frente a su cara arrugada.
—Creo que tu madre debe lamentar tener una hija como—
—Resulta que, al enfrentar a alguien como usted, no se puede simplemente quedarse callada y ser paciente, ¿verdad? Mire, no esperaba ser halagada ni defendida en absoluto, mi decisión de renunciar se debe a otras razones. Así que, deje de burlarse de mí, porque es un acto muy vergonzoso, especialmente para alguien mayor como usted. ¡Con su permiso!
Salí, miré el lugar al que siempre iba durante 10 años. Cuando mi madre estaba viva, me enseñaba a tocar el violín. Sin embargo, unos meses antes de morir, me trajo aquí porque enseñaba violín aquí. Y después de que te fuiste, me gustaba venir a este lugar porque aún podía sentir tu presencia. La última canción que tocó, hasta ahora puedo recordarla claramente.
—Mamá, pronto voy a conocer a papá. Estoy triste porque no podemos verlo juntas. Pero te prometo, haré muchos recuerdos con él. Seré una buena chica, una chica de la que papá pueda estar orgulloso. Mamá, ¡me voy primero! Cuídame desde allá arriba, ¿de acuerdo?
