Capítulo 87

Mi cuerpo se sentía como un enorme moretón, las marcas de la flagelación aún ardían en mi piel. La euforia de las endorfinas estaba desapareciendo, dejándome en ese extraño espacio entre placer y dolor.

Maldita sea, nunca he estado tan adolorida antes, pero aún así quiero más.

—Vamos a limpiarte, ...

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